Ha llegado el momento de dejar de querer algo para empezar a amarlo. Toda relación empieza por querer: querer estar con alguien, querer un ascenso, querernos mejor a nosotros mismos, queres tener un proyecto propio… en definitiva, querer. Y sí, cuando queremos algo, nos preparamos concienzudamente para correr tras de él sin darnos cuenta de si, una vez conseguido lo que queremos, podremos amarlo.
¿Pero qué diferencia hay entre querer y amar?
“Querer es un acto egoísta, deseas algo que te interesa, un medio para lograr un fin, sin embargo amar es un acto altruista, consiste en dar, siendo un fin en sí mismo. Queremos cuando sentimos una carencia, amamos cuando experimentamos plenitud. Mientras querer es una actitud inconsciente, relacionada con lo que está fuera de nuestro alcance, amar surge como consecuencia de un esfuerzo consciente, que nos hace centrarnos en lo que sí depende de nosotros”. Borja Vilaseca
¿Quieres lo que haces o amas lo que haces?
¿Cambiaría la energía de tu trabajo si cambiaras esta perspectiva? Si has conseguido tener claro cuál es tu objetivo, cuál es tu talento innato, potencias lo que te hace destacar y puedes amar lo que haces, todo esto despertará en ti la pasión por lo que haces.
Parece que todas las personas tocadas por la varita del éxito tienen cosas en común, se dedicaron a su pasión, sin pensar en convenciones de si era un proyecto rentable o no, ellos no veían esas barreras ni ningún límite, ni pensaba si les convenía o no, estaban convencidos de lo que hacían, no querían hacerlo, lo amaban.
Pero cuidado porque si alguien perdió la pasión, perdió todo. Cuando se siente pasión todo fluye y somos capaces de ser creativos e invertir la energía y tiempo sin el coste de la pereza, la apatía y el esfuerzo negativo. Deja de querer las cosas y haz que fluyan, tómate tu tiempo para simplemente amarlas.
Ha llegado el momento de amar lo que haces y hacer lo que amas.
Raquel Gargallo
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